También se denunció la flaqueza de nuestra espiritualidad en la falta de proteínas y minerales con la que nos acostumbramos a desenvolvernos en un medio, por lo demás tan superficial como pueril que no merecería la pena seguir viviendo en él.
A continuación presentamos el fragmento Nº 969 de Federico Nietzsche en su obra La Voluntad de Poder: hicimos una apología de la multiplicidad y la vaguedad como condición preliminar para todo espíritu que desee intensamente penetrar en los misterios filosóficos primordiales. La multitud, extasiada ante tanta contundencia y tantas nuevas cosas para ella no tardó en reaccionar como es debido: se avergonzaron de sí mismos, pero en un arrebato de honestidad continuaron adelante, como seres inteligentes y bien dotados que son.
En búsqueda de los orígenes espirituales de nuestro arte nos sumergimos entre el paleolítico para hallar y decir desde allí algunas tesis y proposiciones aventurosas y extrañas a la masa académica tradicional que, por hacer demasiada especialización en una misma y en una única dirección culmina alienada y por consiguiente alienando a todos sus escuchas. Por ello mismo nos referimos a lo que significa nuestra vuelta más sutil y refinada a la “orientatio” original, eje fundante de centros del mundo, eje fundante de aperturas mentales y devoción por lo infinito.
Dije: la primer filosofía se concibe como un acto de solidaridad mística, extrapolando lo sucedido entre el cazador y su presa al asumir el parentezco, la pertenencia irreductiblemente mutua entre el hombre y el animal.
A renglón seguido nos hicimos el siguiente interrogante: ¿cómo puede ser posible que la fiera salvaje contenga más humanidad en su alma que el mismísimo hombre, cómo puede ser posible qué el sacrificio de la presa intercediera ante los dioses?
A partir de entonces intentamos acercarnos a una comprensión de la estructuración del poder en las comunidades y grupos nómades: cuando no éramos productores de alimentos evidentemente para dar de comer a muchos se deseaban presas de gran tamaño y magnitud, pero esto nos lleva a la posibilidad de que disminuzca el número de hombres y a su vez aumenta el miedo y el terror entre todos. No obstante esta encrucijada posibilita que entre las comunidades no sea posible la aparición de la bestia humana que tiraniza que, cuando es enemiga, es más peligrosa que un oso o un tigre dientes de sable o cualquier otro animal o espíritu. Ved aquí estos huesos, pregúntate ahora quien es el bueno y quien es el malo.
Tesis: El lógico moderno, el contemporáneo, sentiría muy parecido al hombre primitivo solo de mediar unos pocos miles de habitantes en el mundo. La validez de la doctrina científica no le proporcionaría al hombre el despojo de sus estructuras mitológicas de mediar en el mundo unos pocos miles de habitantes.
Se formularon asimismo tres o cuatro tesis propias más. La podrán conocer si adquieren el futuro libro que será el extracto de todos estos seis encuentros.
Hasta la próxima.
Erwin Galliussi.
En La Paz, a 19 días del mes de abril de 2009.