domingo, 31 de octubre de 2010

Hasta el amanecer de Tupacamaria. El viaje de una nueva generación militante

3º Jornadas de Revisionismo Histórico
Panel: Pensamiento Latinoamericano
Demian Konfino (Argentina): “Hasta el amanecer de Tupacamaria. El viaje de una nueva generación militante”

La obra Tupacamaria tiene todas las características de un ensayo, este género literario tan latinoamericano. Posee análisis de procesos políticos, sociales, culturales, religiosos que han ocurrido, o que se generan en el presente, en esta parte del mundo que hasta ahora conocemos como América. Allí analizo causas y consecuencias de sometimientos, claudicaciones, explotaciones, genocidios, así como rebeliones, movimientos de resistencia, revoluciones -triunfantes o derrotadas- que han trazado la identidad latinoamericana en sus dos principales vertientes: opresión hacia los pueblos desde los orígenes continentales y la constante resistencia.

Desarrollo hipótesis, respaldadas con documentación, discursos, citas de autores. Lanzo propuestas concretas para intentar derribar una actualidad de Injusticia.

Sin embargo, he optado por utilizar el género ficción, bajo el formato de relato de un viaje de tres hermanos argentinos que recorren varios países de América Latina, interactuando con sus pueblos e intercambiando saberes y experiencias. A partir de un hecho, aparentemente menor, que devuelve el relato del viaje, este autor retoma las riendas del estudio socio- histórico que se esconde en el ala negra de la sombra de una aventura, generando una dialéctica cuya síntesis son las propuestas que llegan sobre el crepúsculo del relato.

Como adelantara, transcurre en distintos puntos del continente y refleja el espíritu de organizaciones y movimientos como: la Revolución Cubana, el Zapatismo en México, el Frente Farabundo Martí en El Salvador, el Frente Sandinista en Nicaragua, los movimientos indígenas en Guatemala, las Madres de Plaza de Mayo, las fábricas recuperadas, el Movimiento Sin Tierra en Brasil, la Revolución Bolivariana.

Entre otras propuestas que atraviesan la obra, consigno la idea de trocar el nombre del continente: América por Tupacamaria. Sin pretensión de imponer este nombre, busco subrayar la importancia de enfrentar esta batalla cultural, con el afán de elevar la reivindicación de los Pueblos Originarios, en nombre del primer Libertador de América, Túpac Amaru.

Se trata de poner el territorio patas abajo, de realzar la lucha y la esperanza, tanto como nuestra propia identidad y nuestro derecho a nombrarnos a nosotros mismos. Se trata de homenajear a nuestros emancipadores, a nuestros mártires. Sólo a quienes hayan hecho algo por la humanidad de quienes vivimos en Latinoamérica. Se trata, pues, del más mínimo sentido de sensatez.

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