Presentación
literaria de "El gallego" Alejandro Álvarez en Paraná.
Comenzó
la musicalidad de la voz más ronca que en mi vida escuché…
Pero eso viene
más tarde… Sólo baste decir:
No todos los
días se tiene la posibilidad de conocer, de vivenciar nítidamente ese contacto
inaccesible a las palabras que nos enmudece de sobresalto al presenciar toda una personalidad histórica digna de sí -digna de semejante nominación
(propia del ámbito de la filosofía de la historia)- aquí,
entre nosotros… Tuve la oportunidad de hacerlo, y no lo desaproveché jamás.
Es que ¿qué
sucede si te dicen que viene en persona el mismísimo jefe de formación
política-integral de Juan Domingo Perón? (capo de Guardia de Hierro, a mi
parecer la mejor organización (hay otra mejor?) que ha
dado la práctica intelectual dentro del peronismo, hasta nuestros días) ¿Quién
que no sea rancio podría sustraerse o evadirse (si se enteran) de semejante
interrogante siendo, como lo somos al menos, latentes valores y por qué no
agentes del cambio, el dinamismo y la transformación social de un mundo real
sin fronteras ficticias?, que develamos como tales, por supuesto… No, ¡yo no
iba a ser uno de esos! y de inmediato me interesé al conocer la noticia, y me
apronté como pocas veces antes,
reconociendo que fue un estímulo muy fuerte el contar en mi haber con un
mes entero de vacaciones, descansado y feliz, como corresponde –contemplando
todos los días, viviendo apasionadamente
el invierno-.
Mientras el
colectivo que me llevaba dilataba su trayectoria, mi pensamiento ya se daba
cita en el lugar acordado preparando, predisponiendo el marco espiritual para
que el señor Álvarez siga haciendo de las suyas hoy en el dos mil trece en esta última etapa de su vida a la que le
ha sido concedida el don de la ancianidad… Luego más tarde, al estar yo
efectivamente allí, corroboré la idea de una “conexión psíquica” previa que me
alineó diametralmente en línea recta hacia él; sentado, él, en una mesa
engalanada por la bandera nacional que
le colgaba, como un paño sagrado, junto a dos compañeros que lo asistieron,
cada uno a su lado, y mi presencia en el fondo último de la ventana -que
detenta los límites del largo del salón- tomando nota de lo más apropiado para
realizar este informe renovador,
seleccionando, según mi criterio, lo mejor que pueda darse a conocer
públicamente… El hombre vivió, hizo historia, sobrevivió, y hoy es alguien que
ha llegado a destino, pienso que como debe ser…
Mi estrategia era llegar con quince,
veinte minutos de impuntualidad, para no parecer ansioso, para que todo ya esté
en marcha y el impacto se desarrollase con el encubierto mote da la naturalidad…
Debía salir bien, o no salir para nada (por suerte todo salió excelente y logré
que me firme con dedicatoria uno de sus libros).
Entonces de
pronto me ví esculpiendo letra por
letra los primeros retratos maestros de
este informe y llega él, va a pasar a mi lado dirigiéndose como tantos otros a
la antesala social del evento pactado, pero muy, muy distinguido de tantas
personas mayores no porque no le sucediera lo mismo o más, sino por la
seguridad con la que tan pausadamente camina acompasando su paso con el del
bástón, báculo de su sabiduría…
“¡Hola Señor
Gallego!, vengo a verlo” fue lo único y primero que atiné a decir (–no podía ser tan boludo como para no
saludarlo al paso, ¿no?-). Exhalo nuevamente y me digo “qué tonto, ¿cómo voy a
decirle “señor” a un apodo? (Señor Álvarez hubiera parecido ser lo más
correcto, pero al final luego diré que lo otro en realidad me jugó un punto a
favor… Intuición o no, yo había acabado sonriendo sobre la póstuma inmediatez de éste ridículo
episodio que acabaría, junto con otros procedimientos que implementé, por dar
un vuelco final en el carácter de un detalle íntimo en la dedicatoria que me
firmó.
Me río un poco
para mis adentros de estas cosas lindas, dejo pasar un poco el tiempo, y me dispongo a confundirme con la
multitud en la antesala del auditorio, esperando a ver qué sucede con todo esto
-algo de lo que no tenía “ni idea” a ciencia cierta y ahora la tengo-,
a ver qué sucede (todo lo que oiría, lo que oyéramos después y anoté selectivamente me ayudó a dar más
sentido a la historia argentina contemporánea a nuestros días y más, a la que
más la explican y determinan: piénsese si no qué hubiera pasado o qué no
hubiera pasado si en la portada quien estaba a su lado era Eva Duarte a los
cincuenta y pico…); a ver qué acontece puertas adentro, ¡por favor!, con uno
de los contactos directos del General Perón que ahora se abre al pueblo y nos
transmite en ello algo, por lo menos algo de cómo estos grosos forjaban la
historia; algo de su inmutable espíritu…
En verdad me ví
obligado a escuchar a través de la ventana abierta no porque no quisiera
sentarme sino porque, si bien no está permitido pitar en espacios
institucionales, el aliento de los fumadores contamina el aire igual… En cambio
afuera el aire circulaba esplendorosamente, ya que el clima pesado estaba en
tránsito de cambo, llendo desde lo
inmóvil hacia lo ventoso, provocando que la fisiología de la reflexión provea
el bálsamos de sus cuidados…
¡Salud a los
Audaces!, que por Guardianes se han vuelto Activos…
Centralidad
de la discusión
El libro que El Gallego vino a
presentar a nuestra provincia se llama “Así
se hizo Guardia de Hierro, la historia objetiva de una pasión” y tiene
setecientos treinta pico de hojas… Sí o
sí en rigor, ¡imagínese el material que allí se conserva!; si, pero imagíneselo
mejor habiendo asistido al evento y se sacarán mejores conclusiones aún cuando
se lo lea. No obstante –como él lo dijo en algún momento discutiendocon la Chichina- hay que leer
el libro y no sólo conformarse con haber estado. Hay que dejar por un momento
de lado las ideas preconcebidas y adentrarse en el estudio objetivo de las
cruciales. Y otra cosa, “no aplaudirnos
entre nosotros, sino comprendernos”, comenzó diciendo…(“de todas maneras, muchas gracias”).
En esa época
muchos jóvenes viabajan a Madrid a reunirse con Perón. Eran las ideas
revolucionarias de la época la que los inspiraba, tanto, por supuesto, como las
conquistas sociales con las que crecieron y a duras penas se formaron pero que querían
recuperar y profundizar lo que los movía. Era también, la lucha armada como un
fenómeno de la postguerra lo que se adentraba en sus hábitos y “consumos”, por
así decirlo, pero más había sido lo que el General Juan Manuel de Rosas forjó, lo que Irigoyen prosiguió, y lo que Perón por fin
ejecutó como Revolución Justicialista lo que estaba en gernen como fundamento
de toda decisión que había o no de tomarse a lo largo de las décadas y siglos,
llegado el caso…
Antes de ir al
frente corriendo el riesgo que muera la gran mayoría, Guardia de Hierro se
organizó en cierta medida para contrapesar el desequilibrio, para meditar ante todo lo que pretenda hacerse de
apuro e improvisación (y por eso, en alguna medida, desordenado, desvinculado,
no-sólidamente conectado); ya que, allí como se dijo, “la única verdad son los
muertos, no (la de) las estructuras” -como la de Montoneros, por dar un ejemplo
pertinente al período histórico estudiado-.
Para esta visión
del mundo, la última dictadura duró treinta años…
Sobre el populismo
Sobre la cuestión del populismo, gallego
Álvarez intentó, de algún modo, purificarlo, transformar su significado peyorativo y por qué no también redescubrirlo. Tesis: al populismo lo
inventaron los pueblos, ya desde la antigüedad (caso Grecia, afirmó) llevando
al poder al más digno prójimo que encarna libremente y sin condicionamientos
económicos la voluntad del bien común de
una nación o región determinada (la oligarquía o unión intelectual de pactos
secretos de las familias acaudaladas de
una época (actualmente un pacto globalizado) tilda y siempre tildó a los
hacedores del bienestar y del progreso pacífico de los más sencillos y de los
no-acaudalados como “tiranos” cuando no lo eran, pero como “emperadores” cuando
en verdad sí.
Según su modo de
pensar, la democracia ateniense no fue más que tiranía sobre el pueblo. No fue personancia
(proceso de personalizar y constituir la persona, lo personal, la personalidad en
todo el pueblo).
En su concepción
se rompe asimismo con el mito de que “los pueblos no se equivocan”, propiendo
que esto es así si sólo están formados, no dejados “a la buena de Dios”,
desprotegidos…
Consigna:
que todo pueblo pueda apropiarse, arraigarse al territorio donde existe, para
que todo imperialismo no pueda verlo como simple número, como cosa, como objeto
de egoístas intereses.
Sobre el régimen global
Tesis: es
débil, aunque muy operativo (coptó la tecnología, direccionó los avances
tecnológicos hacia específicos objetivos). A escala de densidad de población
mundial, “con un soplido se cae”.
Consigna:
“hay que hacer ese soplido. Se necesitan tres, cinco, diez millones soplando al
mismo tiempo…”.
Los europeos no están conscientes de los que
les está ocurriendo.
Sobre política nacional
Juan Perón
entendía a la juventud, cual etapa transitoria en toda vida, portadora
intrínseca de nuevos valores, “no sólo nuevos, sino mejores”. Tesis: mejores
valores humanistas también necesitan el respaldo del entendimiento
táctico-político, ya que éstos no prosperan, no logran sostenerse, solventarse
solos –es decir, hacerse cultura, modo de vida- sin la construcción de poder
pertinente de su lado, ya que lo que se le opone o contradice es el mismísimo
poder, que está regido sobre gigantes intereses económicos constituídos.
Consigna: gobierno centralizado, estado
descentralizado, pueblo libre…
Nunca se crea
sustituír a Perón nada más que hablando sobre Perón. Los especialistas del
Hacer siempre nos dejan en claro cómo se hacen las cosas y cómo no.
Sobre la ausencia de genuinos cuadros
dirigentes
Ante este estado
de situación contemporánea cobran protagonismo figuras nefastas como las de Menem
(“un verdadero hdp inventado por Julio Bárbaro”); Duhalde (“un demócrata
cristiano que -sin lucidez- se equivocó”
al querer jugar con Kirchner, “queriendo
aprovechar un movimiento táctico para salvar su propia situación”, “un tipo
que, estando cuarto, logra asumir la intendencia por la muerte de los dos
primeros y la renuncia del tercero, ¡qué casualidad!”; y (Mauricio) Macri,
quien sólo está pensando en el golpe.
Tesis: Cristina Fernández deja de ser presidenta para asumir la Conducción , habiendo
demostrado ser una profesional de la gestión que ante todos y cada uno puede
dar testimonio de lo que se hizo, de lo que se logró estando en el poder.
Consigna:
Enseñar, para saber conducir. Decir no a
las tentaciones, en tanto salidas fáciles.
Uno de los
mejores aportes que me llevo, al salir del recinto, fue la reflexión que hizo
en torno a América Latina: “el continente está hirviendo, comenzando a hervir”,
en clara alusión a un futuro que, al menos a él como insigne militante, no le
han robado, no le han logrado arrebatar.
E. G. ergaliu@hotmail.com
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