viernes, 9 de agosto de 2013

La gesta de Los Guardianes, contada por ellos mismos

Presentación literaria de "El gallego" Alejandro Álvarez en Paraná.

Comenzó la musicalidad de la voz más ronca que en mi vida escuché…
Pero eso viene más tarde… Sólo baste decir:
No todos los días se tiene la posibilidad de conocer, de vivenciar nítidamente ese contacto inaccesible a las palabras que nos enmudece de sobresalto al presenciar toda una personalidad histórica digna de sí -digna de semejante nominación (propia del ámbito de la filosofía de la historia)-  aquí, entre nosotros… Tuve la oportunidad de hacerlo, y no lo desaproveché jamás.
Es que ¿qué sucede si te dicen que viene en persona el mismísimo jefe de formación política-integral de Juan Domingo Perón? (capo de Guardia de Hierro, a mi parecer la mejor organización (hay otra mejor?) que ha dado la práctica intelectual dentro del peronismo, hasta nuestros días) ¿Quién que no sea rancio podría sustraerse o evadirse (si se enteran) de semejante interrogante siendo, como lo somos al menos, latentes valores y por qué no agentes del cambio, el dinamismo y la transformación social de un mundo real sin fronteras ficticias?, que develamos como tales, por supuesto… No, ¡yo no iba a ser uno de esos! y de inmediato me interesé al conocer la noticia, y me apronté como pocas veces antes,  reconociendo que fue un estímulo muy fuerte el contar en mi haber con un mes entero de vacaciones, descansado y feliz, como corresponde –contemplando todos los días, viviendo apasionadamente el invierno-.


Mientras el colectivo que me llevaba dilataba su trayectoria, mi pensamiento ya se daba cita en el lugar acordado preparando, predisponiendo el marco espiritual para que el señor Álvarez siga haciendo de las suyas hoy en el dos mil trece en esta última etapa de su vida a la que le ha sido concedida el don de la ancianidad… Luego más tarde, al estar yo efectivamente allí, corroboré la idea de una “conexión psíquica” previa que me alineó diametralmente en línea recta hacia él; sentado, él, en una mesa engalanada por la bandera nacional que le colgaba, como un paño sagrado, junto a dos compañeros que lo asistieron, cada uno a su lado, y mi presencia en el fondo último de la ventana -que detenta los límites del largo del salón- tomando nota de lo más apropiado para realizar este informe renovador,  seleccionando, según mi criterio, lo mejor que pueda darse a conocer públicamente… El hombre vivió, hizo historia, sobrevivió, y hoy es alguien que ha llegado a destino, pienso que como debe ser…

Mi estrategia era llegar con quince, veinte minutos de impuntualidad, para no parecer ansioso, para que todo ya esté en marcha y el impacto se desarrollase con el encubierto mote da la naturalidad… Debía salir bien, o no salir para nada (por suerte todo salió excelente y logré que me firme con dedicatoria uno de sus libros).
Entonces de pronto me ví esculpiendo letra por letra los primeros retratos maestros de este informe y llega él, va a pasar a mi lado dirigiéndose como tantos otros a la antesala social del evento pactado, pero muy, muy distinguido de tantas personas mayores no porque no le sucediera lo mismo o más, sino por la seguridad con la que tan pausadamente camina acompasando su paso con el del bástón, báculo de su sabiduría…
“¡Hola Señor Gallego!, vengo a verlo” fue lo único y primero que atiné a decir  (–no podía ser tan boludo como para no saludarlo al paso, ¿no?-). Exhalo nuevamente y me digo “qué tonto, ¿cómo voy a decirle “señor” a un apodo? (Señor Álvarez hubiera parecido ser lo más correcto, pero al final luego diré que lo otro en realidad me jugó un punto a favor… Intuición o no, yo había acabado sonriendo  sobre la póstuma inmediatez de éste ridículo episodio que acabaría, junto con otros procedimientos que implementé, por dar un vuelco final en el carácter de un detalle íntimo en la dedicatoria que me firmó.
Me río un poco para mis adentros de estas cosas lindas, dejo pasar un poco el tiempo, y me dispongo a confundirme con la multitud en la antesala del auditorio, esperando a ver qué sucede con todo esto  -algo de lo que no tenía “ni idea” a ciencia cierta y ahora la tengo-, a ver qué sucede (todo lo que oiría, lo que oyéramos después  y anoté selectivamente me ayudó a dar más sentido a la historia argentina contemporánea a nuestros días y más, a la que más la explican y determinan: piénsese si no qué hubiera pasado o qué no hubiera pasado si en la portada quien estaba a su lado era Eva Duarte a los cincuenta y pico…); a ver qué acontece puertas adentro, ¡por favor!, con uno de los contactos directos del General Perón que ahora se abre al pueblo y nos transmite en ello algo, por lo menos algo de cómo estos grosos forjaban la historia; algo de su inmutable espíritu…
En verdad me ví obligado a escuchar a través de la ventana abierta no porque no quisiera sentarme sino porque, si bien no está permitido pitar en espacios institucionales, el aliento de los fumadores contamina el aire igual… En cambio afuera el aire circulaba esplendorosamente, ya que el clima pesado estaba en tránsito  de cambo, llendo desde lo inmóvil hacia lo ventoso, provocando que la fisiología de la reflexión provea el bálsamos de sus cuidados…
¡Salud a los Audaces!, que por Guardianes se han vuelto Activos…

Centralidad de la discusión
El libro que El Gallego vino a presentar a nuestra provincia se llama “Así se hizo Guardia de Hierro, la historia objetiva de una pasión” y tiene setecientos treinta pico de hojas… Sí o sí en rigor, ¡imagínese el material que allí se conserva!; si, pero imagíneselo mejor habiendo asistido al evento y se sacarán mejores conclusiones aún cuando se lo lea. No obstante –como él lo dijo en algún momento discutiendocon la Chichina- hay que leer el libro y no sólo conformarse con haber estado. Hay que dejar por un momento de lado las ideas preconcebidas y adentrarse en el estudio objetivo de las cruciales. Y otra cosa, “no aplaudirnos entre nosotros, sino comprendernos”, comenzó diciendo…(“de todas maneras, muchas gracias”).
En esa época muchos jóvenes viabajan a Madrid a reunirse con Perón. Eran las ideas revolucionarias de la época la que los inspiraba, tanto, por supuesto, como las conquistas sociales con las que crecieron y a duras penas se formaron pero que querían recuperar y profundizar lo que los movía. Era también, la lucha armada como un fenómeno de la postguerra lo que se adentraba en sus hábitos y “consumos”, por así decirlo, pero más había sido lo que el  General Juan Manuel de Rosas forjó, lo que Irigoyen prosiguió, y lo que Perón por fin ejecutó como Revolución Justicialista lo que estaba en gernen como fundamento de toda decisión que había o no de tomarse a lo largo de las décadas y siglos, llegado el caso…
Antes de ir al frente corriendo el riesgo que muera la gran mayoría, Guardia de Hierro se organizó en cierta medida para contrapesar el desequilibrio, para meditar ante todo lo que pretenda hacerse de apuro e improvisación (y por eso, en alguna medida, desordenado, desvinculado, no-sólidamente conectado); ya que, allí como se dijo, “la única verdad son los muertos, no (la de) las estructuras” -como la de Montoneros, por dar un ejemplo pertinente al período histórico estudiado-.
Para esta visión del mundo, la última dictadura duró treinta años…

Sobre el populismo
Sobre la cuestión del populismo, gallego Álvarez intentó, de algún modo, purificarlo, transformar su significado peyorativo y por qué no también redescubrirlo. Tesis: al populismo lo inventaron los pueblos, ya desde la antigüedad (caso Grecia, afirmó) llevando al poder al más digno prójimo que encarna libremente y sin condicionamientos económicos  la voluntad del bien común de una nación o región determinada (la oligarquía o unión intelectual de pactos secretos  de las familias acaudaladas de una época (actualmente un pacto globalizado) tilda y siempre tildó a los hacedores del bienestar y del progreso pacífico de los más sencillos y de los no-acaudalados como “tiranos” cuando no lo eran, pero como “emperadores” cuando en verdad sí.
Según su modo de pensar, la democracia ateniense no fue más que tiranía sobre el pueblo. No fue personancia (proceso de personalizar y constituir  la persona, lo personal, la personalidad en todo el pueblo).
En su concepción se rompe asimismo con el mito de que “los pueblos no se equivocan”, propiendo que esto es así si sólo están formados, no dejados “a la buena de Dios”, desprotegidos…
Consigna: que todo pueblo pueda apropiarse, arraigarse al territorio donde existe, para que todo imperialismo no pueda verlo como simple número, como cosa, como objeto de egoístas intereses.

Sobre el régimen global
Tesis: es débil, aunque muy operativo (coptó la tecnología, direccionó los avances tecnológicos hacia específicos objetivos). A escala de densidad de población mundial, “con un soplido se cae”.
Consigna: “hay que hacer ese soplido. Se necesitan tres, cinco, diez millones soplando al mismo tiempo…”.
Los europeos no están conscientes de los que les está ocurriendo.

Sobre política nacional
Juan Perón entendía a la juventud, cual etapa transitoria en toda vida, portadora intrínseca de nuevos valores, “no sólo nuevos, sino mejores”. Tesis: mejores valores humanistas también necesitan el respaldo del entendimiento táctico-político, ya que éstos no prosperan, no logran sostenerse, solventarse solos –es decir, hacerse cultura, modo de vida- sin la construcción de poder pertinente de su lado, ya que lo que se le opone o contradice es el mismísimo poder, que está regido sobre gigantes intereses económicos constituídos.
Consigna:  gobierno centralizado, estado descentralizado, pueblo libre…
Nunca se crea sustituír a Perón nada más que hablando sobre Perón. Los especialistas del Hacer siempre nos dejan en claro cómo se hacen las cosas y cómo no.

Sobre la ausencia de genuinos cuadros dirigentes
Ante este estado de situación contemporánea cobran protagonismo figuras nefastas como las de Menem (“un verdadero hdp inventado por Julio Bárbaro”); Duhalde (“un demócrata cristiano que  -sin lucidez- se equivocó” al querer jugar con Kirchner, “queriendo aprovechar un movimiento táctico para salvar su propia situación”, “un tipo que, estando cuarto, logra asumir la intendencia por la muerte de los dos primeros y la renuncia del tercero, ¡qué casualidad!”; y (Mauricio) Macri, quien sólo está pensando en el golpe.
Tesis: Cristina Fernández deja de ser presidenta para asumir la Conducción, habiendo demostrado ser una profesional de la gestión que ante todos y cada uno puede dar testimonio de lo que se hizo, de lo que se logró estando en  el poder.
Consigna: Enseñar, para saber conducir. Decir no a las tentaciones, en tanto salidas fáciles.

Uno de los mejores aportes que me llevo, al salir del recinto, fue la reflexión que hizo en torno a América Latina: “el continente está hirviendo, comenzando a hervir”, en clara alusión a un futuro que, al menos a él como insigne militante, no le han robado, no le han logrado arrebatar.

E. G. ergaliu@hotmail.com

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