miércoles, 6 de junio de 2012

"Hay que haber nacido para nuestro médico, de lo contrario, moriremos a causa de él" - Parte 1

"Hay que haber nacido para nuestro médico, de lo contrario, moriremos a causa de él" (F. Nietzsche, "Humano, demasiado humano", aforismo 573).


Nada mejor que comenzar con semejante reflexión provocativa la temática que gira en derredor de la "muerte digna" y a la que cubriré desde muy pero muy cerca instalado en algún lugar del hospital San Martín el próximo miércoles 6 de junio; pero antes, mejor demostrar que se está capacitado para enfrentarla (la temática en cuestión tanto como la propia mortalidad voluntaria) extrayendo impresiones desde los filósofos que nos dan qué pensar: está claro, como ellos no están casados con ninguna ciencia en particular, ni con el método, su afán de conocimiento se libera hasta lo impensado... ¿y quiénes si no son capaces de incitar los despropósitos y llegar a afirmar ésto, que de uno no haber "nacido para nuestro médico" la medicina impersonal acaba por hundirnos en la noche fatal cuando tal vez era consecuente un poco más de tarde? (tarde de sol y mates en el río).
En efecto, la compatibilidad de humor y carácter con nuestro médico de cabecera, la "buena onda" entre las partes, la "química" y todo eso bueno que quiera agregarse (la amistad también es pertinente, siempre y cuando el doctor sea más amigo del paciente que de la persona, más amigo de su salud que de sus malos hábitos, la vida corriente) significa aquí, según entiendo, un estímulo fundamental para la voluntad de conocimiento terapéutico, por más que lo nieguen o no lo vean tan así los asalariados del campo. El "haber nacido", por supuesto, presupone todo  un conjunto de disposiciones especiales por parte del afectado que no es conveniente desarrollar en este específico espacio ya que nuestra meta es, justamente, introducirnos un poco, como previa a los paneles que se desarrollarán el día citado, en esto de la muerte y las causas, evidentemente más plurales y complejas que las explicaciones que refieren a lo "natural" como a lo "divino" -voluntad de Dios-, acercánonos, si se quiere, desde el concepto de lo "cultural" a nuestro propósito.

Pero, como quiero aprovechar al máximo este resumido espacio virtual del que participo, en la misma obra citada, en el aforismo número 80 encontramos, tal vez, el orígen intelectual (o uno de los orígenes intelectuales) de lo que hoy está tan en boga y tan necesario es que lo esté. Dice el pensador: "Al margen de los mandamientos religiosos, podemos preguntarnos: ¿por qué es más digno de alabanza que un hombre que ha llegado a la vejez, cuyas fuerzas lo han abandonado de pronto, espere a agotarse y disolverse lentamente en lugar de decidir él mismo su final con plena lucidez?" (...) "Resulta mucho menos respetable el ansia de ir prolongando la vida día a día a base de consultar con angustia a los médicos y de llevar un régimen de vida sumamente penoso, sin fuerza para afrontar su final"... Luego, él ve en el suicidio del anciano la posibilidad que la sociedad ve en la muerte digna, mas la cuestión de fondo es la misma, las escalas de valores, el valor para lo que es el estar vivo...
Como me pidieron brevedad, prometo hacia el fin de semana trasladar al menos algo fundamental de lo que acontecerá el 6 aquí en nuestra provincia, no vaya a ser que tengamos que mejorar la legislación que seguramente regulará todo el ámbito nacional porque, no nos olvidemos, ¡de Entre Ríos a la Eternidad!

e galliussi ergaliu@hotmail.com

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